EL LIDERAZGO Y LA ESCUCHA INTELIGENTE (PARTE 2): UN PASO MÁS ALLÁ DE LA ESCUCHA ACTIVA.

En la primera parte de este post “EL LIDERAZGO Y LA ESCUCHA INTELIGENTE (PARTE 1): EL COMPLEJO PROCESO DE CONSTRUCCIÓN Y ASIGNACIÓN DE SENTIDOS”, nos centrábamos en la escucha activa como habilidad importante para las personas que quieran mejorar sus capacidades de liderazgo, y os invitábamos a dar un paso más allá practicando además una Escucha Inteligente.

Hablábamos de La Escucha Inteligente como aquella estrategia mental centrada en extraer y elaborar a partir de lo que dicen las otras personas, sacando provecho intelectual de dichos discursos y haciendo evolucionar las ideas.

A partir de esta definición es fácil comprender por qué consideramos la Escucha Inteligente como una habilidad a desarrollar de forma continua por parte de la persona líder. Decíamos también que desarrollar estas habilidades de escucha implica que la persona líder, y/o cualquier persona que quiera impulsar procesos de comunicación efectivos, asuma nuevos compromisos, pero también nuevos retos y oportunidades. Tanto cuando hablamos como cuando escuchamos, preocupándonos de construir mensajes que transmitan el sentido de lo que queremos decir, pero también siendo conscientes de la asignación de significado que damos a lo que escuchamos, verificando que hemos entendido en profundidad a la persona o personas que tenemos delante, interactuando con una actitud positiva, abierta e imbuida de respeto… y contribuyendo a la evolución de las ideas de nuestros interlocutores en beneficio del equipo.

En definitiva, la labor de la persona líder que escucha de forma inteligente, consiste en partir de lo que dicen sus interlocutores y sus interlocutoras, practicando una escucha activa, y procesar estas aportaciones para que el equipo vaya más allá de donde se encontraba… porque parte del convencimiento de que todo el mundo puede aportar, y de que siempre se puede extraer algo positivo de las otras personas.

Desde Exeo creemos que la Escucha Inteligente es clave para la construcción Colectiva, clave para el Trabajo en Equipo.

Existen tres dimensiones sobre las que actúa La Escucha Inteligente:

  1. A quién se escucha. Resulta especialmente interesante escuchar a la otra persona prescindiendo de etiquetas que vinculen a dicha persona a una situación jerárquica o a cualquier otra situación que implique una posición mediatizada de antemano. ¡¡¡Todos los cerebros pueden aportar sabiduría!!!!
  2. Lo que se escucha. Ampliando las expectativas y el espectro asociado a las mismas. Dando una oportunidad amplia de extraer lo que se pretende, de forma flexible, y dejándonos sorprender por lo que se nos dice… convirtiéndolo en nuevas ideas que evolucionen a partir de lo dicho.
  3. Cómo se procesa lo que se escucha. La Escucha Inteligente, como escucha mentalmente activa, debe de ayudar a realizar distintas operaciones mentales sobre lo escuchado: ordenarlo o reordenarlo, asignarle un aspecto práctico, desarrollarlo o completarlo, abstraerlo y generalizarlo, convertirlo en catalizador de aspectos creativos (invirtiendo el mensaje, fragmentándolo, combinándolo…), extrayendo lo fundamental…

Todas estas dimensiones requieren necesariamente de un aplazamiento sobre posibles juicios negativos, sin que ello implique, de forma obligatoria, estar totalmente de acuerdo con lo escuchado.

Será importante evitar algunos factores, tales como: el exceso de pegas, la verticalidad de la organización, la sobre-especialización, las comparaciones, las posiciones emocionales negativas y la rutinización del trabajo en equipo.

El convencimiento real de que la sabiduría está repartida y que de todos los cerebros se pueden extraer elementos muy positivos. La sensación de placer que se obtiene del hecho de aumentar el nivel de conocimiento. La verdadera autoestima colectiva en pro de los resultados del equipo. Cierta dosis sana de autoconfianza. Un buen ambiente, con cierta dosis de humor blanco. La experiencia constatada de escuchas inteligentes anteriores y de sus resultados para el equipo…Todos estos factores son propiciatorios de un escucha inteligente. Si, además, tomamos notas de las ideas que se nos ocurran a partir de lo escuchado, y practicamos el arte de hacer preguntas antes de opinar, estaremos sentando las bases para ser inteligentes en nuestra escucha y para que nuestro equipo siga caminando hacia la optimización de sus resultados.

 

¡¡¡¡Muchísimas gracias por escucharnos de forma inteligente!!!!!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *