Lejos de querer hacer de lo blanco negro, de quitar gravedad a la experiencia que estamos viviendo, o de buscar elementos positivos como quien busca \»una aguja en un pajar\», lo cierto es que estamos protagonizando un fenómeno complejo en el que se dan algunos elementos realmente mágicos. Como mágica es la conexión emocional, intelectual, ética, profesional, humana y personal que sentimos en estos momentos con numerosas organizaciones, empresas, instituciones, equipos y personas… conexión que nos hace experimentar un extraño sentido de pertenencia, una abstracta identificación con un amplio colectivo humano, unas tremendas ganas de compartir ilusión por un futuro pendiente de construir.
Ahora que estamos físicamente aislados, que las personas no deben tocarse ni abrazarse, que muchas empresas y organizaciones han tenido que dejar su actividad en suspenso, nunca nos habíamos sentido más cerca. Y esa cercanía nos da fuerza, porque sabemos que juntos vamos a poder llegar donde nos propongamos. No importan los kilómetros, no nos preocupan las fronteras, no existen muros ni tabiques. Lo importante, lo verdaderamente importante, es la química, esa alquimia que produce el saberse miembro de una comunidad especial que comparte filosofía y valores.
Queremos que este sentimiento sea un potente contra-virus para el miedo y el desánimo…¿os dejáis contagiar?