Metáforas, Mundos Paralelos, Empresas…
… ¿El fin justifica los medios? Ir vadeando por los límites de “lo correcto”, trapicheando con “negocios” fuera de nuestras “fronteras estratégicas”, y trampeando para sobrevivir… Es humano, y puede ser una fuente transitoria de aprendizajes … al menos en los comienzos, y con una fecha de caducidad tras la que corremos el riesgo de intoxicarnos. Pero no deberíamos hacerlo a cualquier precio, no de cualquier forma, y, desde luego, no podemos convertir esta situación en nuestro “modus vivendi”, sentirnos cómodos y cómodas en esta piel… salvo que sea lo que realmente queremos.
¿Cuál es el límite? Esta pregunta no tiene una sola respuesta, no es una respuesta acertada, cierta y verdadera. Nada lo es del todo en el mundo de lo humano, y, por tanto, no lo es en el mundo de las empresas…
Son los equipos los que deben establecer sus propios límites, profesionales, y humanos, estratégicos y éticos, asegurándose de que los medios no les alejen del fin, no lo desdibujen, conservando su propia esencia, no perdiendo de vista sus propios valores. Cuando los medios desvirtúan el fin, habremos traspasado de largo la frontera, y la vuelta atrás se hará altamente complicada.
En este esfuerzo por hacer lo coherente, el faro que nos guíe tendría que ser Nuestra Propia Misión, esa que hemos decidido y construido entre todos, revisada y adaptada a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades. Nuestra Visión, como fruto de la narrativa que nos transportará a un futuro de sueños compartidos, de propósitos vitales. Y, por supuesto, Nuestros Valores, aquellos que nos definen como profesionales y como personas. Y en todo este ejercicio estratégico, NUNCA deberíamos perder de vista a nuestros clientes, tanto internos como externos. Y no nos referimos solo a ese grupo de individuos que de vez en cuando nos compran, sino a todas aquellas personas a las que la empresa tienen que satisfacer, y con la que mantiene relaciones de intercambio. Y todos estos elementos configuran el centro sobre el que debe girar la maquinaria de nuestra organización.
El pasado lunes día 20 de mayo, pudimos ver el último capítulo de la serie “Juego de Tronos”. Conocimos el desenlace de la historia, una historia bien construida, una narración llena de argumentos convincentes que nos invitaron a realizar paralelismos…nos retaron a hacer una elección consciente sobre nuestro líder preferido, que nos recordaron que existen los valores, y que La Historia, con mayúscula, la de verdad, está plagada de ejemplos no siempre positivos para La Humanidad.
En los episodios anteriores, pudimos comprobar cómo Daenerys Targaryen se iba transformando, traspasando los límites éticos, traicionando su Misión y sus Valores, desvirtuando la Visión compartida. Fuimos testigos de su intoxicación de poder, aquella de la que ya había mostrado los primeros síntomas en temporadas más antiguas, aunque entonces aún eran leves. Una lectura clara sobre el peligro de que el poder resida en manos de una sola persona. Y esto, a nuestro modo de ver, resulta extrapolable, tanto a la clase política como a la empresarial.
En este sentido nos ha resultado interesante la lectura de este artículo publicado en ElPaís.com: https://elpais.com/economia/2019/05/16/actualidad/1558021861_466836.html, en tanto en cuanto reflexiona sobre los distintos tipos de liderazgos observados en la serie.
¿Y en vuestro equipo, por qué estilo de liderazgo os decantáis?